Otelo

Las oscuras manos del moro de Venecia, antes tiernas y gentiles, se cierran ahora para cortar, con incontenible furia, el hilo de la vida de su inocente esposa. Otelo, soldado leal, diestro y valiente, que no sabe pelear de otro forma que encarando el enemigo, con la espada en la mano, ha sido sorprendido por las rastreras armas de la insidia, la vileza, la calumnia y la traición que, ingresando sutilmente por sus oídos, le han orillado a sacrificar inútilmente su mayor y más querido tesoro. Shakespeare nos expone con consumada maestría, una estampa de la debilidad humana y el vaivén frenético de las pasiones, en donde el amor más puro y candoroso, sucumbe cruelmente devorado por el reptil inmisericorde de los celos.